jueves, 28 de abril de 2011

Te miran, te dicen.






Supongo que siempre estuve algo falta de cariño; de ese que no es de revolcones de verano o de ropa interior olvidada cerca de la ventana. Pinté de rosa todas mis sábanas pero los señoritos en lista de espera se desesperaban, los corazones tardan tanto en secarse... y yo en vez de llorarles me ponía a bailar. Y es que a mí también me escribieron Good bye en la nota más perra del mundo. Pero el aire ahora me da de frente, y joder, con los pies no sé; pero con la cara fría se piensa de puta madre. Practicante de promesas por cumplir y de besos en la sala de espera para no fumadores de tu boca, me río de esos cruces por la calle y de que flipen si ando en tacón, porque las alturas me daban vértigo pero desde que camino sola, será, estoy que me salgo.

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