viernes, 29 de abril de 2011

Soy una señorita aprarentemente de plastilina.



Pienso que no es demasiado justo, que si alguna vez obtuve tratando de ser princesa me dispararon bala por día que nos quisimos y jamás me rebotaron en la corona, dieron justo en el centro de alguna zona de desequilibradas cosquillas y pasé lo que dura el replay de la canción más triste del mundo vomitando plata apoyada en la bañera. Intenté seguir tu rastro empezando a hurtadillas y acabando con gritos, y sin nada; que descompensados fueron, tu amor y mis llantos. Dormía deseando despertar dormida, no puede ser que después de superar historias de terror un príncipe rosa desteñido me destrozara. Esperé corceles y promesas de Barbie amor a Ken , pero pensándolo bien mi sangre nunca fue azul, habría sido más efectivo un Eduardo manostijeras capaz de traspasarme, justamente con sus manos, la piel. Y por mucho que me siga diciendo, ahora mis oídos son sordos;solo queda ser feliz sin mesura.

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