domingo, 9 de septiembre de 2012


“Seguir intentándolo”, una sutil manera de decirte que has fallado, o que lo que has hecho no es suficiente, sigo sin saberlo. Yo quiero creer que me queda poco para alcanzar... algo, no sé el qué, y quizá el no saberlo me empuje a querer llegar a ello.

Me gusta pensar eso, porque si supiese lo que me espera al terminar con esto, quizá pensaría en que no me compensa, o quizá las ansias por llegar me hiciesen perderme muchas cosas... apuntalo a la larga lista de cosas que no sé.

viernes, 17 de agosto de 2012

Solo eso.


"La locura lo convirtió en amor. El tiempo lo convirtió en... nada. Cenizas en el suelo y polvo en las estanterías. Una flor marchita aún sigue en el jarrón. El agua está sucia. Las botellas están vacías y las velas consumidas. El oxígeno avivaba la llama pero respiramos demasiado fuerte. El diván quedó inservible de soportar el peso de mis recuerdos durante tanto tiempo.


Los libros están abiertos por una página cualquiera. Los bordes de las hojas están amarillos y las tapas rotas. Las letras doradas de la portada han perdido su brillo. Al mismo ritmo que el brillo de tus ojos se perdía entre la niebla. Adiós. Sólo nos dijimos eso. Adiós. Supongo que no quisimos hacerlo más duro. Sí... supongo. 

Buscaré tus cartas por todos los rincones de la casa. Buscaré lo que en ellas ponía por todos los rincones de mi mente. Buscaré la manera de volver a soñar. De volver a vivir con la sensación de poseer el mundo sólo por oír tus carcajadas. 

Sí. Es posible que aún lo recuerdes. Como un tiempo muy lejano. Agradable. Miles de momentos perfectos. Sí. Los recuerdas. No hay duda. 

Sólo espero que no olvides quién los hizo realidad."




lunes, 25 de junio de 2012

Como se escapó Enero y ahora lo hace Febrero, lentos pero firmes y un poquito tiritando. Dormí apoyada en el dolor de mis costillas, en aquel rincón dónde todavía quedaban restos del olor de sus yemas. Descalza paseé por su cabello intentando encontrarnos en una tarde tumbados al sol. Pero al despertar por poco no recordaba que le había dejado marchar, con su olor en sus yemas, con su cabello, con las tardes al sol, con el amor de mi estómago. 


Entrecerré los ojos con fuerza para volver a dormirme. Lenta pero firme. Y también, un poquito tiritando.





(Recuerdo que cuando escribí este texto todavía sangraba.)


jueves, 21 de junio de 2012

Es que todo esto tiene la absurda finalidad de hacerme reflexionar sobre este tiempo loco, que corre que asusta, y las chicas más deshinibidas, que también. Pero bueno, que no te agobies porque yo sigo a lo mío, medio coja por el filo de algún precipicio interior, deshojando margaritas que llevan escrito: me controlo, no me controlo. ¿Por qué no inventan una filosofía de vida para los que estamos cagados de miedo?



jueves, 14 de junio de 2012

Klimt se había dormido en la alfombra, rodeado de pinturas y pedacitos de oro y gemas que le ayudarían a completar sus mosaicos. Con la espalda dolorida se incorporó y vió el sofá vacío. Apretó los dientes y se acercó para ver más de cerca lo que era evidente a simple vista: Emilie se había marchado, había dejado el olor de su pelo y su cara reflejada en tantos bocetos que Klimt había realizado. Se marchó sin atreverse a posar para la obra cumbre, para el verdadero retrato que inmortalizaría su belleza y la haría constar en los siglos de los siglos. No se atrevió a ser capturada por la genialidad, a convertirse en trazos, color y dolor. Klimt enamorado de su belleza y Emilie enamorada de su talento. Supongo que era algo incompatible.... unos labios querian cazar su cuerpo mientras los de ella no encontraron el espíritu. ¡Qué eterno problema!






PD: Hacía mucho que no pasaba por aquí, pero es que ha caído un buen chaparrón desde entonces.