PD: Hacía mucho que no pasaba por aquí, pero es que ha caído un buen chaparrón desde entonces.
jueves, 14 de junio de 2012
Klimt se había dormido en la alfombra, rodeado de pinturas y pedacitos de oro y gemas que le ayudarían a completar sus mosaicos. Con la espalda dolorida se incorporó y vió el sofá vacío. Apretó los dientes y se acercó para ver más de cerca lo que era evidente a simple vista: Emilie se había marchado, había dejado el olor de su pelo y su cara reflejada en tantos bocetos que Klimt había realizado. Se marchó sin atreverse a posar para la obra cumbre, para el verdadero retrato que inmortalizaría su belleza y la haría constar en los siglos de los siglos. No se atrevió a ser capturada por la genialidad, a convertirse en trazos, color y dolor. Klimt enamorado de su belleza y Emilie enamorada de su talento. Supongo que era algo incompatible.... unos labios querian cazar su cuerpo mientras los de ella no encontraron el espíritu. ¡Qué eterno problema!
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