Es que todo esto tiene la absurda finalidad de hacerme reflexionar sobre
este tiempo loco, que corre que asusta, y las chicas más deshinibidas,
que también. Pero bueno, que no te agobies porque yo sigo a lo mío,
medio coja por el filo de algún precipicio interior, deshojando
margaritas que llevan escrito: me controlo, no me controlo. ¿Por qué no
inventan una filosofía de vida para los que estamos cagados de miedo?
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