sábado, 20 de agosto de 2011

Hay veces que la vida exige un cambio, una transición. Como las estaciones. Nuestra primera primavera fue maravillosa, pero el verano se ha terminado… y nos perdimos aquel otoño. Y ahora, de repente, hace frío, tanto frío que todo se está congelando. Nuestro amor se ha dormido y la nieve lo tomó por sorpresa. Y si te duermes en la nieve no sientes venir a la muerte. Cuídate.

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